Hoy vengo a hablar de mi libro…”Moverse en Libertad”, de Emmi Pikler. Si porque ya casi que es mío. Tenía que devolverlo en la biblio el día 28 de abril y sigue en mi estantería… pero es que, aparte de la pereza de ir a llevarlo, quería hablaros de él y necesitaba coger anotaciones… (Prometo que este finde cuando paseemos por el centro lo devuelvo. Me acabo de sentir una mala ciudadana, aparte de que me van a sancionar hasta que Valeria cumpla 5 años )
Bueno…que me disperso. El libro! Que yo venía a hablar de él. No cabe duda que desde que nuestro bebé nace estamos atentas a cualquier cosa nueva que logran hacer. Nos emocionamos cuando empiezan a sostener la cabeza, a dar sus primeras patadas, consiguen voltearse, empiezan a gatear o dan sus primeros pasitos. Aplaudimos cada pequeño logro, por pequeño que sea! Poder acompañar a nuestros bebés en su desarrollo, al menos para mí es fascinante. Pero ¿Cuál es nuestro papel como adultos? ¿Los niñxs aprenden estos movimientos solos? ¿Tenemos que estimularles para que los consigan? ¿Resulta beneficiosa nuestra intervención?