Niños que temen ir al médico ¿Qué hacer?

Septiembre es el mes de la vuelta al cole, pero también el de los mocos, las toses, la fiebres y lo mimitos a raudales. Deberían poner, el día internacional del moco, o de la fiebre… en este mes, ¿que no?

A nosotras también nos ha tocado la china, y hemos estado varios días rodeados de fiebre, mocos y toses varias. La cosa se complicó y acabamos con una bronquitis que tuvimos que tratar con aerosoles, muy a mi pesar. Esta situación nos ha obligado a tener que ir varias veces al médico y a encontrarnos en la consulta con muchos otros niños, que por un motivo u otro, también tenían alguna dolencia.

Todos ellos, además del malestar físico por la propia enfermedad, tenían algo en común: MIEDO, y en general, eran muy  MAL  ACOMPAÑADOS en esa emoción. Y esto ha sido lo que me ha llevado a hacer esta reflexión y a escribir este post.

¿Cómo podemos acompañar a los niños que temen ir al médico?

Observando mientras esperábamos nuestro turno, a la mayoría de los peques se les instaba a no llorar, y si lo hacían que fuera bajito para no molestar. A no quejarse, a no armar ningún numerito, a comportarse, en definitiva. Eran minimizados en sus emociones, diciéndoles que lo que les pasaba no era nada, que no le iba a doler, que el médico no le iba a hacer nada, que eran unos campeones…

Pero vayamos por partes…

¿Por qué los niños temen a los médicos?

La consulta médica, los hospitales, el personal sanitario, las batas blancas, las agujas… generalmente asustan a los niños. Más aún si han tenido experiencias previas negativas. A muchos adultos también nos pasa, pero la diferencia es que, se supone, tememos más recursos para gestionar esa situación. Los niños no.

Es normal que tengan miedo, que estén asustados, que la situación les genere desconfianza…  su imaginación es libre y no tiene límites.  La mayoría se sienten mal, no saben qué está pasando, ni que les van a hacer. Se encuentran en un entorno totalmente desconocido para ellos, con personas extrañas que se acercan invadiendo su cuerpo, con instrumentos fríos que les asustan  y haciendo procedimientos que, en ocasiones, duelen.

A eso le añadimos que muchos pediatras no actúan con delicadeza, no les hablan con dulzura, ni les piden permiso para tocar su cuerpo, ni les cuentan lo que están haciendo… afortunadamente muchos sí. Yo me he encontrado con un poco de todo.

¿Cómo acompañar su miedo al médico?

Es importante que les acompañemos en sus emociones, que les pongamos nombre, les permitamos su libre expresión y sobre todo que les transmitamos el mensaje de que es NORMAL que tengan miedo, que estén asustados, nerviosos, pero que nosotros ESTAMOS CON ELLOS, para protegerlos y acompañarles en todo el proceso. Es fundamental que le trasmitamos esa seguridad. Si negamos sus miedos, si minimizamos lo que sienten, si estamos nerviosos y les transmitimos nuestra propia preocupación, si no les permitirnos expresar su llanto, su rabia, no les estamos ayudamos en absoluto, lo que contribuimos es a que su malestar siga en aumento.

¿Qué podemos hacer entonces?

  1. Explicarles con antelación qué va a pasar, donde vamos a ir, qué va a pasar, qué vamos a hacer. Saber con anterioridad lo que va ocurrir les proporciona seguridad y calma. Aunque el peque sea chiquito y parece que no se entera de lo que le decimos, yo soy partidaria siempre de hablarles y de contarles, en un lenguaje adaptado a ellos por supuesto.
  2. Acompañarles en todos los procedimiento médicos. Nuestra presencia le va a aportar seguridad, somos sus figuras de apego. En un entorno desconocido y de incertidumbre, nuestra presencia física es fundamental. Hemos de intentar permanecer a su lado siempre e insistir al equipo médico para que así sea.
  3. Transmitirle seguridad. Puede que nosotros nos encontremos igual de asustados que ellos. Que estemos preocupados por su enfermedad. Pero hemos de transmitirles tranquilidad. ¿Si mamá o papá están nerviosos y asustados, como no lo voy a estar yo?
  4. Validar, normalizar y acompañar sus emociones. Estás asustado, tienes miedo, estás preocupado… y es NORMAL, a mí también me pasa cada vez que voy al médico, la mayoría de los niños se sienten así cuando vienen al médico. Pero mamá y papá están aquí contigo y no te vamos a dejar solo, nada malo te va a pasar. Y esta frase, es un remanso de paz para ellos.
  5. Evitar conversaciones en las que utilicemos un lenguaje que pueda asustarles más aún: (coser, pinchar, anestesiar… ) Es preferible utilizar un lenguaje que ellos entiendan y que no les cause más angustia y nerviosismo.
  6. Si el niño o la niña tiene un juguete de apego, que le da calma y tranquilidad, es bueno que nos lo llevemos. Todo lo que le proporcione seguridad, les ayudará a sobrellevar la situación
  7. No amenazar ni transmitir la idea de que ir al médico es un castigo. Vamos al médico porque hay una necesidad de salud, no para que nos portemos bien o hagamos tal o tal cosa.
  8. Si el niño está en la etapa de juego simbólico, podemos jugar a los médicos en casa, regalarle un maletín de médicos, que se familiarice con los procedimientos, con los instrumentos… También podemos recurrir a cuentos que hablen del tema. Todo lo que sea normalizar la situación, le ayudará.
  9. Buscar un pediatra “kidsFriendly”. Un pediatra en el que confiemos, que nos informe bien de todo, que trate bien a los niños, que les respete, les permita expresarse, que les hable con dulzura, que los trate con suavidad… en definitiva, que conecte con ellos. Debería ser algo inherente a la profesión, pero desgraciadamente a menudo hay que probar y probar hasta que damos con un profesional que nos gusta.
  10. En definitiva, transmitirle seguridad, no engañar, ni amenazar, ni ignorar, ni reprimir o minimizar las emociones y hacerles saber que siempre vamos a estar con ellos para protegerles.

¿Y tu peque, como lleva las visitas al médico? ¿Vuestro pediatra es kidsFriendly?

Abrazos Amorosos

Ana Isa ❤

 

 

Un comentario en “Niños que temen ir al médico ¿Qué hacer?

  1. Qué difícil son siempre estos temas. Sobre todo porque la sociedad nos lo pone tan difícil! Los sanitarios, la familia, el vecino del quinto…nadie coopera ni se pone en el lugar del niño. Esperemos que por lo menos, nosotras las madres podamos ayudar a nuestros hijos y enseñarles a afrontar estas situaciones de la mejor manera. Un abrazo Guapa

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