Cuando nos convertimos en la madre que no queremos ser

Hoy me desperté con una sensación de malestar, porque no me siento bien con la persona en la que me convertí anoche. Me convertí en una madre que no quiero ser, en una madre que no empatizó, que no supo utilizar estrategias para calmarse, que no supo adoptar su rol de adulta. Me convertí  en una madre que se dejó llevar por los automatismos que tan asumidos tenemos y que arrastramos de nuestra infancia, que perdió la paciencia, que alzó la voz, que se enfadó, que faltó el respeto, que dijo cosas que no quería decir, que se desbordó.

No ha sido un fin de semana fácil, empezamos el viernes con episodios de fiebre por la vacuna, llantos, pocas horas de sueño, tareas y obligaciones pendientes, trabajo, cansancio…y anoche salió todo. Eran las 00.30 y mi bebé no podía relajarse, le costaba conciliar el sueño, lloraba de cansancio pero no podía dormir. Intentábamos relajarla acunándola, en el portabebés, cantándole… pero nada servía. La paciencia  empezaba a agotarse, los recursos también… En estos momentos es cuando más me acuerdo de la tetita, con ella estoy segura que muchas situaciones hubieran sido más fáciles de llevar. Reaccioné de la peor manera que pude reaccionar, enfadándome, alzando el tono de voz, perdiendo la paciencia. En lugar de respirar, de retirarme de la situación para coger aire, de anclarme a un recuerdo bonito, de imaginarme la situación en una película, para verla con perspectiva, de mirarle sus manitas, su naricita, para recordar que yo soy la adulta, la que tengo que poner la sensatez…  no sé… mil recursos y estrategias que conozco y no supe utilizar.

Y no me gusta convertirme en una madre que no quiero ser. Yo quiero ser una madre que cría con respeto, con paciencia, con amor, que empatiza con su bebé, que utiliza bien las herramientas que conoce, para manejar la situación desde la calma, la sensatez, la comprensión del otro… Si anoche estaba cansada, al límite, desbordada… no era culpa de mi bebé. Ellxs no entienden de horas, de obligaciones, de estrés, de bloqueos… ellos entienden de instinto, de necesidades, de inmediatez…  La culpa la tiene el CANSANCIO Y LA SOLEDAD EN LA CRIANZA, que hacen que se apoderen de nosotras los automatismos que tan interiorizados llevamos, que perdamos la paciencia, que repitamos patrones de crianza, que aparezca el autoritarismo, el lo haces porque yo lo mando, aquí y a hora porque es lo que yo quiero…sin empatizar, sin preguntarnos por qué pasa lo que pasa, que siente mi hijx, el porqué de su comportamiento…

No es tarea fácil criar con paciencia, con empatía y con respeto en un día a día lleno de obligaciones, de prisas, de estrés… cuando nos falta apoyo, el sostén y nos sobra cansancio, soledad, culpabilidad, obligaciones…

La gran mayoría de nosotras pasamos las horas a solas con nuestros bebés, un día y otro día, y el cansancio se va acumulando y va haciendo mella en ti…a veces te paras a pensar y llevas meses sin darte una ducha relajada, sin comer y no tener que levantarte de la mesa, sin dedicarte unos minutos en algún momento del día sin sentirte culpable por ello, sin escuchar lo que tu cuerpo te grita… sin poder delegar ninguna de las tareas porque estás sola, porque criamos solas. Con nuestras parejas si,  qué haríamos sin ellas! pero es que ellos tampoco pueden con todo. Dos personas no son suficientes para suplir la falta de tribu que tenemos,  la falta de apoyo, de sostén. Para simplemente poder darnos una ducha, comer sin que se nos atragante la comida o dedicarnos 15 minutos para desconectar y conectar con nosotras mismas.

Las que sois madres seguro que sabéis de los momentos de los que hablo, las que estáis a punto de serlo no os asustéis. La maternidad  te regala cosas maravillosas, momentos únicos e irrepetibles que no cambiaríamos por absolutamente nada de este mundo, pero de vez en cuando te enseña la cara de la otra moneda, esos momentos que no fotografías en Instagram y de los que muy pocas se atreven a hablar, pero que existen y que hay que visibilidad. Hay que ponerle nombre a lo que sentimos, compartirlo… en definitiva hacer tribu, compartir, hablar… porque necesitamos alguien al otro lado que nos diga que no estamos solas en esta locura, que no estamos sola con lo que sentimos.

Esta mañana, no me sentía bien, porque no estaba orgullosa de cómo había manejado la situación. Quizás lo que pasó, visto por otra persona fuera una tontería, para mí no lo fue. Quizás soy demasiado sensible y tengo demasiada conciencia sobre la importancia de respetar a los niños, y más si son los nuestros, los que más queremos en este mundo. Y no hacerlo en un momento dado me duele demasiado.  Pero aquí estoy, haciéndome consciente de la situación porque no quiero que se repita.

Dicen por ahí que la llegada de los hijos es una oportunidad que tenemos dee sanar nuestras heridas, para empezar de nuevo, para mejorar como personas, parar dar amor y empatía. No es fácil y nos equivocaremos muchas veces, pero tenemos la posibilidad de compensar nuestros errores, de mirar a nuestrxs hijxs y decirles “lo siento” me equivoqué. Te quiero y tú no tienes la culpa de nada. Eres lo más especial de mi vida y por nada del mundo quiero hacerte daño.

¿Os habéis sentido así en alguna ocasión? ¿Como la manejasteis? ¿Creeis en la necesidad de un grupo de madres que nos apoye?

Abrazos amorosos

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12 comentarios en “Cuando nos convertimos en la madre que no queremos ser

  1. Ais corazón, no te tortures más porque por un día no te vas a convertir en una persona que no quieres ser. Está claro que todos cometemos errores algunas veces y cuando estás tan colapsado es normal que revientes con cualquier cosa. Pero la peque te quiere y ella te seguirá ayudando a ser la mejor madre.
    Un besote enormeee!!

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  2. Me he emocionado con tus palabras porque es algo que realmente a mí comienza a preocuparme. Tengo una forma de ser un tanto explosiva aunque desde que me quedé embarazada me he propuesto tomarme las cosas con mayor tranquilidad.
    Eres muy valiente por publicar esta reflexión que no hace más que confirmar que eres una gran persona y una madre estupenda, consciente de la crianza que quieres para tu hija y en ese camino en normal que se den situaciones en las que no actuemos de la mejor manera
    Pero el simple hecho de reflexionar sobre ello ya hace que tu maternidad dé un paso adelante. No somos perfectas ni perfectos, pero reflexionar sobre nuestras imperfecciones nos hacen crecer. Un besazo mi niña

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  3. te leo y parece que lo he escrito yo. Me siento completamente reflejada y suscribo cada una de tus palabras. Muy buen post!!!! Yo también pierdo la paciencia pero es normal, todo se hace una bola enorme cuando recae sobre nuestras espaldas. Y sobre todo también siento mucha soledad en la maternidad. A pesar de tener a mi marido implicado 100% son demasiadas horas solos. Muchos besos y mañana tendremos una nueva oportunidad de brillar el sol y recargar la batería de la paciencia.

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    • Gracias por tus palabras… y es que es cierto que andamos todas igual… por eso es importante tener al menos estos momentos de desahogo, de compartir. Así al menos nos damos cuenta que no estamos tan solas en esta locura de la maternidad. Un besazo y animo!!

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  4. En breve empezaré a pensar como tu… tengo paciencia, pero se entiende q hay momentos en los q las hormonas y la cabeza juegan malas pasadas incontrolables. Procurando q no sea por sistema y dando mucho cariño a los pequeños, conseguiremos ser las personas que queremos ser. No dudo que eres la mejor mamá para tu peque!!!

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  5. estoy tan tan tan de acuerdo contigo…muchas veces me he sentido sola y así y lo peor…en las primeras semanas de mi bebé, cuando todo era nuevo para mí, cuando estaba sola,lejos de mi familia y sin saber qué madre quería ser… poco a poco aprendo, leo q quien me aporta, como a ti por ejemplo, comparto y me nutro de quien me quiere ayudar. la exposición en las redes no es fácil pero tiene otra cara, la buena, esta, la que comparte, la que habla de maternidad real, la que sufre, la que tiene sombras… creo que todas tenemos dentro esa madre que no queremos ser, pero tb se que tenemos las herramientas y las ganas xa vencerla. Gracias por compartir!

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    • Gracias a ti por pasarte por aquí!! Si… el puerperio es muy duro. Cuando estamos embarazadas todo son controles, cuidados… a mi parecer excesivos. Parimos y de pronto desaparecemos y estamos solas solitas…y se hace muy duro. Pero como bien dices, tenemos las estrategias y faltas no nos ganas!! Un abrazo

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  6. Esto nos pasa a todas, y más las que tienen familia numerosa, porque su esfuerzo se multiplica. Las pautas de disciplina positiva o consejillos los necesitamos para orientarnos y aprender otra forma de educar y de relacionarnos con nuestros hijos. Pero tenemos derecho a equivocarnos, somos humanas y además la vida hoy en día no es tan fàcil. Se buscan maneras de organizarse y de poder lograr descansar y estar de buen humor y lograr más paciencia pero sin presionarse ni culparse.

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